Jacob Lorenzo Morales

En declaraciones a Canarias7, el director del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias de la Universidad de La Laguna (ULL), Jacob Lorenzo Morales, señala que la evolución de la viruela del mono «no debería llegar a más» pues «se transmite de animal a personas pero la transmisión de persona a persona no es tan sencilla. Esto tendrá un recorrido corto. De persona a persona no se trasmite tan bien. Después del paciente cero habría uno o dos contagios más y ahí debería parar».

La infección «cursa en dos o tres semanas y de forma leve. El paciente se defiende bien de la infección», añadió.

Lorenzo recuerda que este año «ya había saltado la alerta en Nigeria con más de 500 casos» y «en los países africanos la muerte por la viruela del mono reportada es de entre un 1% y un 10%, especialmente en las regiones rurales muy pobres y entre niños menores de doce años con problemas nutricionales o inmunes».

Y aunque no es una enfermedad que conociera la población en general en Europa o España, en el Instituto de Enfermedades Tropicales la tienen en el catalogo de alertas biológicas porque la institución está en la red nacional de alerta y este es uno de los patógenos que incluye. De hecho, señala, que «en 2019 hubo un caso sospechoso en Canarias que afectaba a una enfermera británica que estaba en Lanzarote, pero no se confirmó».

A su juicio, la población debe irse acostumbrando a la aparición de enfermedades emergentes por las consecuencias del cambio climático y el desarrollo poco sostenible de nuestra civilización. Esto, continuó, «hace que por un lado tenemos ambientes más propensos para que se trasmita la enfermedad y, por otro, al destruir las zonas rurales o las selvas, donde viven los animales reservorios de virus. Cuando urbanizamos estas zonas corremos el riesgo de infectarnos».

 

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